Hay restaurantes pensados simplemente para el disfrute, creados por y para gozar de la comida, entendida esta en el sentido más primitivo de la palabra, sin aspavientos creativos, florituras técnicas ni pretensiones instagrámicas. Así es Rural, el restaurante que Rafa Zafra acaba de montar en el número 8 de la calle Marqués de Cubas y que ya se ha convertido en templo del buen comer de la capital. Lo de “cocina de producto” está tan manido que casi ha perdido valor, pero es que eso es exactamente lo que hacen en Rural, elegir las mejores carnes (vaca, buey, cerdo, cordero, aves…) y hacer que sean ellas las que se luzcan en la mesa sin que se note apenas la intervención humana (aunque haya mucha y de nivelazo). Es el triunfo de la sencillez puesta al servicio del hedonismo más puro. Las carnes son las reinas del local, pero ojito también con sus patés y foies y con todo lo que nace de la tierra: verduras, legumbres y hortalizas. Con nada vas a fallar. Tampoco con el homenaje que hacen en Rural a tres platos míticos de nuestra gastronomía, como el carpaccio de ceps de El Bulli, el pincho de cordero (sin palabras) de Alhucemas o el cochinillo de los Sandoval. Y el bebercio también merece mención a parte: vinazos elegidos por Juanma Galán, con más de 350 referencias donde brillan las etiquetas españolas, algunas de ellas añadas antiguas de auténticas bodegas de culto. Por resumir en una frase: en Rural comer (y beber) está por encima de todo. Chapeau.
Marques de Cubas, 8. Precio medio: 90 euros. www.restauranterural.com
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