"A Nemo Bandeira le he metido la fragilidad que me provoc mi infarto"

En el cartel de Vivir sin permiso, la gran apuesta del otoo en Telecinco, una ola cubre la cabeza de Jose Coronado, ms bien de Nemo Bandeira, uno de esos personajes que ya suenan importantes desde la primera vez que escuchas su nombre. Es el mar gallego en el que este empresario, un trasunto de

En el cartel de Vivir sin permiso, la gran apuesta del otoño en Telecinco, una ola cubre la cabeza de Jose Coronado, más bien de Nemo Bandeira, uno de esos personajes que ya suenan importantes desde la primera vez que escuchas su nombre. Es el mar gallego en el que este empresario, un trasunto de Amancio Ortega con toques de Fariña, labró su fortuna. Pero ahora la marea llega cargada de la bruma más acojonante: la del olvido. En la nueva serie de Coronado, que ya casi es un género en sí mismo, el Alzheimer que padece el protagonista borra los límites entre el thriller familiar y la acción post-narco, y nos brinda además la oportunidad de charlar de la vida y del trabajo, de los miedos y de las certezas, con el actor mejor posicionado de su generación.

¿Que Nemo Bandeira padezca Alzheimer era algo que estaba desde el principio en la serie?
El señor Vasile [consejero delegado de Mediaset] y yo tuvimos hace ya unos años la idea de llevar una historia sobre el Alzheimer al cine. Por el camino se nos cruzó este texto de Manuel Rivas sobre un tío que se había erigido como todopoderoso benefactor de una comunidad, pero con hilos invisibles hacia negocios turbios… Vasile decidió 'juntar meriendas' y ha quedado una serie brutal.

¿La enfermedad es importante en la trama?
Sí. La serie podría funcionar sin el Alzheimer, como un Rey Lear, un El Padrino o un Falcon Crest a la gallega. Salvando todas las distancias, que estamos en el siglo XXI con una técnica mucho más depurada y una narrativa más interesante. Pero es que al incorporar que al capo le diagnostican Alzheimer en la primera secuencia, todo cambia. Hablamos de lo peligroso que es el poder, de cómo la gente se transforma cuando lo toca, incluso en la familia. Los familiares de mi personaje, aun sin saber qué le pasa a Nemo exactamente, empiezan a percibir una fragilidad y se mueven para quedarse con el trono.

Suena a personaje redondo.
Es un bombón, un regalo. Porque es un hombre con claroscuros: es bueno porque es un benefactor de la comarca, ha creado puestos de trabajo, ha fundado hospitales, familiarmente es el mejor padre que puede haber… Pero también es malo por esos hilos invisibles con el mundo del narco.

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¿Es cierto que tiene puntos de conexión con Amancio Ortega?
Sí, absolutamente. Su comportamiento en el día a día es como el que yo he visto a Amancio Ortega con su familia. Luego hay que ver de dónde viene Amancio Ortega y de dónde viene mi personaje, claro.

Entre las batas de boatiné y el narco hay diferencia…
Sí, claro. En el primer capítulo se ve que, en cuanto Nemo Bandeira es diagnosticado, decide que se han acabado los negocios sucios: quiere dejar un legado limpio y blanco a sus hijos. Con Inditex se dicen esas cosas de que si hay esclavitud en Asia… Cuando hay tanto poder, siempre hay gente que para trepar es capaz de hacer cosas sucias, y no tiene por qué ser la cabeza de todo, que sería Amancio Ortega en este caso.

¿La serie viene a decir que nadie triunfa a lo grande sin un lado oscuro?
La moraleja es que el poder tiene aristas y peligros y que por muy buena voluntad que lleves, todo lo que rodea al poder te está continuamente tentando a pasarte al lado oscuro.

"Los que me decían que un actor de cine no puede hacer televisión ahora están locos por conseguir una serie"

¿Sucede también con la carrera del actor? ¿Hay que pagar peajes para llegar alto?
La carrera del actor es tan sui géneris, tan diferente en cada caso, interviene tanto el azar, la época… Cuando yo empecé, el aprobado estaba mucho más barato. Hoy das una patada y te salen 27 chavales hercúleos con inglés. Lo que sí entendí desde el principio es que aquello que me decían continuamente de que un actor de cine no puede hacer televisión no tenía sentido. ¿Cómo vas a decir que un medio es menor cuando te ven tres, cuatro, cinco y seis millones de personas cada semana? Por eso empecé con la televisión a saco, vi que tenía un futuro enorme. Me hace gracia porque los que me decían eso ahora están como locos por conseguir una serie, no solo aquí, también en América. También entendí que para mantenerse en esta profesión hay que estar en continuo movimiento, no hacerle ascos a nada, torear la vaquilla que te toque… Y así lo hice: lo mismo hacía cine que anunciaba un coche, lo mismo recitaba poesía que presentaba un programa. Todo es formarte, aprender y tocar palos diferentes y así ser un actor completo.

No hay nada más liberador en la vida que no tener prejuicios.
Totalmente. Porque además si te dan un Miura para empezar tienes muchas posibilidades de que te agarre y te voltee, pero cuando llevas ya muchas vaquillas… Donde más he aprendido es en las malas películas. Todo eso te vale para cuando te llega el Miura, cuando te llega un Nemo Bandeira, sepas defenderlo.

Hace ya tiempo que no haces ni una mala película ni una mala serie, a ver si vas a dejar de aprender…
(Risas) También ya tengo el privilegio de no estar agobiado por tener que coger lo primero que sale. Puedo elegir, incluso hay proyectos que empiezan a escribirse con tu cara… Todo eso va a favor, es verdad que estoy en un momento maravilloso.

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Coronado, caracterizado como Nemo Bandeira.

¿Hemos perdido a un gran empresario en favor de un gran actor? Porque de joven tenías madera…
No lo sé. Creo que en ese universo me habría desenvuelto peor que en este. Para moverte bien debes tener amor a tu oficio, y yo lo tengo por el mío. Monté un restaurante, una agencia de modelos, una agencia de viajes… Conseguía que funcionaran, pero no me hacía feliz ni me apetecía levantarme cada día para ir a ver a los clientes. Sin embargo, ahora me levanto con una ilusión como si fuese el primer día. También te digo que como actor empecé sin vocación alguna, fue puro azar… Pero en muy pocos meses descubrí que era una maravilla, un oficio donde no existe la monotonía, te enriqueces personalmente a través de los personajes… La clave está en lo que decía, que si no hago televisión hago un recital de poesía, y si no, doblo un documental de naturaleza. Sigo en esa tesitura: ahora vengo de hacer Iván El Terrible con la Orquesta Filarmónica de Novosibirsk y la Sociedad Coral de Bilbao.

"Por edad y por experiencia ahora mismo lo que no tengo es miedo. Ni nervios, ni ansiedad por conseguir nada"

¿Cómo fue esa experiencia?
Brutal. 120 artistas de coro, 120 de orquesta… Y yo. Era un instrumento más y todo el mundo tocando para mí. Te sientes el puto amo. Y es otro comodín más que puedes meter en tu carrera, en tu aprendizaje.

Da la sensación de que estás en un momento en que puedes hacerlo todo.
Por edad y por experiencia ahora mismo lo que no tengo es miedo. Ni nervios, ni ansiedad por conseguir nada. Lo único que quiero es disfrutar, y cuando trabajas con esta relajación te permite hacer cualquier cosa que sea acorde a tu edad.

Con ese amor a tu oficio, ¿qué huella te deja un Miura como este Nemo Bandeira, sobre todo por el lado del Alzheimer?
Te deja aprendizaje de vida, que no creo que pueda haber algo mejor.

¿Y miedo a la enfermedad?
No, no me ha dejado miedo porque coincidió con el infarto que me dio justo cuando estaba empezando a preparar este personaje. Utilicé mi infarto, mi fragilidad, para metérsela a Nemo. Es que era fácil: lo tengo, lo meto. Te sirve para ser consciente de que ponen una fecha de caducidad a tu vida, y eso te cambia, te hace valorar mucho más, tu orden de prioridades se altera absolutamente y lo relativizas todo muchísimo más. Una vez aceptado lo que te pasa, y ahora hablo en mi caso y no en el de Nemo, te permite vivir con alegría, con una sonrisa. Antes de que me diera el infarto, yo me levantaba y me iba a trabajar; ahora me levanto, respiro, miro el sol, escucho los pájaros, doy las gracias y sonrío. Son cosas que tienes que vivir en tus carnes para comprenderlo.

"A los 60, tener que ser un buen chico no es una putada, es una victoria"

Suena a cambio radical.
Sí, pero para mí ha sido para bien. He tenido la suerte de que no es algo degenerativo; si no te pillan a tiempo, te vas, pero a mí me pillaron a tiempo. Si ahora lo entiendo bien, si soy buen chico, hago deporte, me tomo mis pastillas y sonrío mucho, porque el estado anímico es muy importante, puedo vivir 30 o 40 años más.

¿Lo de ser buen chico es una putada o tiene su lado bueno también?
Es una putada tener que ser buen chico a los 20, a los 30, a los 40… Pero para mí, ser buen chico cumplidos los 60 es una victoria.

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En la presentación de Vivir sin permiso en el Festival de San Sebastián.

Después de Nemo, te has metido en otro personaje muy distinto en la película Tu hijo.
Sí, nada que ver. Interpreto a un médico normal, triunfador, cuya vida cambia de repente porque ingresa su hijo en coma tras recibir una paliza a la salida de una discoteca. Empieza a moverse para saber qué ha pasado… No es un padre coraje, es un padre al que las circunstancias le hacen perder los papeles de una forma tremenda. La película habla de los prejuicios, de las manadas… De estas cosas que por desgracia nos acompañan cada día en los telediarios.

"Vivimos una ola de puritanismo que me parece exacerbada y estúpida"

Ya solo por el tipo de personaje, aquí huele a Goya.
Sí, es de esos que invitan al menos a que te nominen si no lo haces muy mal. Pero te puedo asegurar que esas cosas a estas alturas me dan igual. La Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes sí me satisfizo más, me llenó de orgullo y satisfacción recibirla porque valora la trayectoria. La mayoría de las veces los premios son muy injustos, porque puedes hacer un trabajo maravilloso pero ese año coincides con Javier Bardem y te arrasa, y ese trabajo con el que en otro momento hubieses triunfado, pasa desapercibido. Y otros años hay cuatro mierdas y el Goya lo gana alguien igual.

coronado medalla de oro bellas artespinterest

Carlos R. Alvarez

En los pasados Goya estuvo muy presente el tema del feminismo y el MeToo. ¿Has hecho examen de conciencia en el sentido de que alguna vez hayas tenido un comportamiento que alguien pueda echarte en cara?
No me lo planteo porque no lo hay. Pero sí me planteo que alguien se lo invente, porque ahora mismo eso pasa. Y la cosa está muy a flor de piel como para que cualquier hijo de puta o hija de puta vayan a buscarte. Como a Woody Allen. Le exculparon, pero vuelven a la carga. Y la rumorología hace que la realidad dé igual. Estamos en una ola de puritanismo que me parece exacerbada y estúpida. Cualquier persona de bien y con dos dedos de frente sabe que la igualdad es algo a lo que todos tendemos y que estamos en el camino, pero surge el peligro de olvidarnos de que somos hombres y mujeres, que tenemos constituciones y formas de pensar diferentes y que eso es enriquecedor, siempre que haya igualdad y respeto. Que el romanticismo y la seducción, desde el respeto, son preciosos, y me daría mucha pena que se perdiera todo eso. Pero yo no tengo miedo de nada, ni el más mínimo.

Viendo tu filmografía, has trabajado con pocas mujeres directoras…
Pues no lo sé, no me acuerdo, nunca me he parado a pensarlo porque para mí es lo mismo que sea un director o una directora, lo importante es que tenga talento. ¿Que han tardado más tiempo en conseguir que les dejaran jugar? Sí, pero ahora ya está todo el mundo en el juego y da igual. Esto de la paridad del cincuenta por ciento me parece una gilipollez. Igualdad de oportunidades y, a partir de ahí, que se lo gane quien tenga más talento.

¿Quiénes son las mujeres más poderosas de tu vida?
Mi amiga y representante, mi madre y mi hija.

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