
Mira que Bobby Bacala llevaba un par de episodios preparándonos para el final de la serie de Los Soprano, soltando en un par de ocasiones: "Lo más habitual es que no lo oigas cuando ocurre". Y luego Anthony 'AJ' Soprano Jr. (Robert Iler), en la última conversación con su padre, en el último episodio, sentencia sin saberlo a su padre y a su familia: "¿No me dijiste eso: Que me centrara en los buenos momentos?". Eso es un testamento, una carta de despedida y una nota de suicidio familiar, todo al mismo tiempo. Testamento que firma Tony Soprano (James Gandolfini) cuando le responde: "Sí, supongo que es cierto". Que sí, que luego está el hombre de la chaqueta gris de la barra (ese críptico personaje en los títulos de crédito: Man in 'Members Only' Jacket), mucho más prosaico... Que sí, que están los dos tipos sospechosos con la ropa deportiva y las cadenorras de oro, para darle más gravedad al pathos (¿otra banda rival que está dispuesta a acabar con la vida de Tony?). Pero cuando llegó, no nos lo esperábamos. Y no es que no fuera previsible. Y no es que Tony no se lo mereciera. Y esos aros de cebolla, la última cena del sentenciado a muerte. ¡Pero si es que estaba todo ahí! El caso es que, de repente, nada. Fundido en negro. 10 segundos gloriosos.
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No sé qué pasó contigo, pero yo di a Tony Soprano por muerto. Vaya, pensé, ha tenido la muerte que se merecía, y una muerte que es coherente con la vida y milagros del personaje (léase: llevaban 85 episodios advirtiéndonos, no sólo los dos últimos). Y punto, pelota. Y no necesitábamos verlo: lo hemos visto tantas veces en el cine y en la televisión, en blanco y negro, a cámara lenta, a cámara rápida, con mucha sangre, con poca, con un aria a todo trapo, sin aria, con sonido ambiente, escuchando cómo entra y sale el cuchillo, cómo silba la bala... Estaba ya todo contado. Pero había una única forma en la que no había sido contado: silencio. Porque así es como se hace historia de la televisión. Era el broche perfecto.
Y resulta que no, resulta que lo comento con amigos, y me dicen: Que no ha muerto, hombre, que no te enteras. Puede que sí, pero puede también que no. Es un final abierto. Hombre, final abierto, final abierto... Y luego resulta que no son sólo mis amigos, sino que todo el Universo dice al mismo tiempo: ¡Final abierto! Y yo: Que no, que no, que le matan, que se muere, que le lleves flores a la puerta del Bada Bing. Que Tony Soprano está en paz consigo mismo, que la terapia de la vida ha funcionado, que se ha congraciado con la demencia de tío Junior, que sabe que tiene la mejor familia del mundo, que hasta entiende a A.J. y ese deseo loco por enrolarse en el ejército en plena guerra de Afghanistán. Pero nadie quería escucharme.
Y así once años. Once duros años (a ver, que no han sido tan duros, pero así le doy un tinte dramático). Once áridos años discutiendo con todo el que ha tenido la inconsciencia de sacar el tema delante de mí, que soy muy pesado. Y es un tema que me duele: Incluso he llegado a pensar que todos esos que loan el final abierto llegaron a dudar si se había estropeado su televisor, o el DVD o donde demonios vieran el final.
Lo peor es que David Chase, el creador de la serie, no se había pronunciado al respecto hasta ahora. En una entrevista con The Hollywood Reporter ha confirmado finalmente que su idea fue siempre que Tony Soprano muriera al final de la serie. Al principio tenía otra idea para el final de Tony. Tenía que haber abandonado Nueva Jersey y haber conducido hacia una reunión en Nueva York de la que no habría salido con vida (recuerda que al principio del episodio, Tony regresa de Nueva York). Y tampoco había fundido en negro. Así que a partir de ahora no hay dudas. Lo peors que durante más de una década he tenido que pelear solo. Porque primero Chase jugó como todo el mundo al juego del final abierto, aunque no se le viera muy convencido. Que si la canción que suena lo dice todo: Don't Stop Believin', de Journey, una canción que todo el mundo cree que es una oda a seguir tus sueños, pero que en realidad es un alegado que viene a decir que a unos les va bien en la vida y a otros no, pero que la vida sigue cuando no es así:
Algunos ganarán, otros perderán,algunos nacieron para cantar un blues,
oh, la película nunca termina,
sigue y sigue y sigue...
En una entrevista en la newsletter del Directors Guild of America, hace tres años, Chase le restó importancia a la canción:
Ahí tienes la explicación. Yo, a Chase, le hubiera sugerido el temazo de Julio Iglesias La vida sigue igual. Mismo efecto, mismo mensaje. Unos que vieeeeenen, y oootros que se vaaaan...
Una semana después del último episodio, el jefe de prensa de HBO, en declaraciones al New York Times, preguntado sobre el final y sobre las intenciones de David Chase, dado que Chase no soltaba prenda alguna, soltó una bomba: que el creador de la serie quería que ese fundido en negro hubiera durado veinte segundo más. ¡Treinta gloriosos segundos de fundido en negro! Ese es el tiempo que tarda Tony en ahogar con sus propias manos a otro ser humano, ¿no? Treinta segundo son treinta señores segundos para acabar con la vida de una familia de mafiosos, ¿no crees?
Chase luego salió y dijo: "Si te fijas con atención, está todo ahí". Pero tampoco aclaró nada más. Y luego once años insistiendo en: ¡¿Pero es sólo en esto en lo que se fija la gente?! Y luego fundido en negro. Hasta una entrevista publicada ahora por el New York Times en la que dice que la elección de la canción no es baladí y que no hay una respuesta, que efectivamente es un final abierto:
- ¿Hay una respuesta correcta a la pregunta de si Tony está vivo o muerto?, pregunta el periodista.
- No lo creo. Verdaderamente, no lo creo, dice Chase, con tono, imaginamos, cansado.
Yo, que quieres que te diga, no le creo. Me parece que no nos está contando todo. En la entrevista con el Directors Guild of America, dejaba entrever otra cosa cuando decía sobre las últimas escenas:
No quería que se viera particularmente amenazador al tipo de la chaqueta. Y él mira a Tony tan rápidamente. Trabajamos en eso un poco, así que no lo estaba mirando. El tipo era como mirar el lugar en general. Tony no reconoce que lo ve. Tony lleva una vida muy peligrosa y sospechosa y siempre está en guardia. Pero está en esta antigua tienda de dulces estadounidenses con esos taburetes redondos y el mostrador y las fotos del héroe del fútbol y los Cub Scouts. Todo lo que debería hacer que se sienta cómodo, y sin embargo, hay una ligera sensación de malestar que le aportamos porque sabemos quién es y qué ha hecho. Y nunca puede estar seguro de que cualquier enemigo haya desaparecido por completo. Siempre tiene que tener ojos detrás de la cabeza.La tensión es bastante alta ahora, pero si lo piensas, sin ninguna razón real. ¿Quién está en el lugar? Un tipo con una chaqueta, Cub Scouts, una joven pareja, un camionero con sombrero, un par de hombres negros allí para comprar dulces. No hay una razón real para que la tensión se incremente. Pero lo hace. Y eso es lo que amo, cómo haces eso. Por supuesto, una gran cantidad de eso sucede en la sala de edición. Tienes las piezas y tienes la intención, pero a quién vuelves y quién no, cuál es la expresión en su cara. Creo que eso es lo que el montaje y la edición hacen mejor. Y musica. Ellos juegan con el tiempo. Vas, 'vamos, apúrate, no, ralentízate, no, apúrate, no, no, no, ralentízate'. Eso juega con los latidos de tu corazón, porque ese es el verdadero reloj.
Le dije a Gandolfini, suena la campana y tú miras hacia arriba. La última toma de Tony termina en 'Don't Stop', es media canción. No voy a entrar en [si eso es Tony POV]. Pensé que la posibilidad pasaría por la mente de muchas personas o tal vez la de todos que él fue asesinado. Él podría haber recibido un disparo hace tres años en esa situación. Pero no lo hizo. Ya sea que este sea el final aquí o no, llegará en algún momento para el resto de nosotros. Esperemos que no seamos fusilados por una pandilla rival o algo así. No estoy diciendo que [pasó]. Pero, obviamente, tenía más posibilidades de ser fusilado por una pandilla rival que tú o yo porque se ponía en esa situación. Todo lo que sé es que el final está llegando para todos nosotros.
O sea que está diciendo que quería que Gandolfini se sintiera confiado para a continuación, boom, fundido en negro.
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